Otro año finaliza, con sus afanes, sus triunfos, sus fracasos, párrafos alentadores, reflexiones premonitorias, sorpresas, miedos, frases trilladas como estas, decepciones, amores, aventuras y satisfacciones; y mientras, esta agenda, sucumbe también, desapercibida, al embate digital de los recordatorios de mi IPhone.
Sus páginas vacías lo atestiguan, quizás queriéndome advertir sobre la irrefutable impermanencia de las cosas.