Mayoría de edad 

Una sirena recién nacida del fondo de los mares

Ondea su nuevo vestidito de arena y sol

Como despidiéndose para siempre del azul;

El mar, sabiendo que volverá, 

Le besa los pies, que hace poco repiqueteaban 

Inquietos en  la playa dejando atrás graciosas 

Huellas en forma de aleta acorazonada, 

Y le susurra con el viento en sus oídos.

Corre huella antes que te borres!

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Corre huella
antes que te borres

Corre y hunde
tus sueños en la arena

Antes que
las tibias olas del tiempo te deshagan

No desesperes pero muévete

Porque cada día que pasa

Tu pisada se hace más ligera

No dudes de tu grandeza

Aunque no lo creas, eres distinta a todas las
demás

Sueña, despierta y vuelve a
soñar

Pero no dejes de grabar tu
marca indeleble

Si así lo haces,
cuando desaparezcas, todavía te seguirán

Tómate un café si quieres

Un baño de sol al atardecer

Con una buena huella amiga a tu lado

Y no olvides la botella de vino

Incluso puedes quedarte a dormir un lunes y
no ir al trabajo

Invita a tu
jefe

Cultiva el
desapego

Pero si acaso ambicionas
un convertible, mejor alquílalo

Ríe, llora, baila y de vez en cuando grita un
buen coño a los tres vientos

Medita, mira dentro de ti mismo

Ahí es donde reside la verdadera paz

Pero nunca olvides que eres una huella, una
hermosa y privilegiada

Si no,
mira detrás de ti

Corre huella
antes que te borres

Corre y hunde
tus sueños en la arena

Antes que
las tibias olas del tiempo te deshagan

Jazz y sal ahogados en un atardecer

Ensalada César con anchoas en mi tenedor

La yola de mis sueños tambaleándose sobre el bulevar carmesí

Mientras la loma Isabel se desnuda sobre el horizonte.

Ya no necesito reparar mi brújula oxidada

Una foto, una historia.

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Ella caminaba ausente y fría, como la brisa de invierno. Sus delgados brazos colgando como dos plomadas a ambos lados de sus pechos amoratados. El labio inferior todavía destilando espesas gotas de sangre, como hechas de ocre barro.
Los adeptos que salían de la misa del domingo cruzaban al otro lado de la acera para evitarla. La escrutaban de arriba a abajo mientras criticaban sus harapos rotos y sucios. Ella, mientras, continuaba seca y vacía como un pozo sin deseos, sus ojos fijos en la cruz de la iglesia, preguntándole al Dios de ellos, ¿porqué? Como si Él la escuchara.