El descenso

Hoy es el primer día que bajo del árbol, el escenario me aterra. Miro hacia arriba y veo mis ramas, tan seguras y verdes, el sol. Siento que abandoné mi hogar millones de años atrás. Ya no puedo retroceder, quemé las ramas. El suelo se siente duro, seco, me da miedo pararme en dos piernas, siento vértigos. Decenas de ojos me auscultan, sonidos de la tierra que no reconozco me llaman, voces terribles rompen el aire denso del submundo, sus bocas me saborean. Comienzo a erguirme poco a poco, mi espina dorsal duele, siento un leve mareo, pero me gusta la vista desde aquí arriba. Veo una piedra, lo tomo en mis manos pero se cae. Mis manos son torpes. La recojo del suelo y la tiro con rabia. Silencio a mi alrededor. Me siento más confiado.