Se recorta Isabel en mi espalda
y tú ahí, montaña
recortada en mi memoria
sangrando mi tobillo
Cuando subo tus peldaños
Arrebatado, la loca ilusión
de que puedo culminarte
Me fractura las rodillas
Me deja sin aire
Rompe en dos las sórdidas muletas con que intento tu ascenso
El asombro del atardecer me persigue
mientras tu pezón se corona de nubes de plomo y ocre
Qué puedes decir Isabel
Montaña de mujer
Si es lo único que aspiro,
Escalarte
Sigue postrada ahí
Como sí no existiera
Que algún día
A pesar de que duermes encumbrada en tu propia grandeza
Te conquistaré
Y mojaré con las olas que nunca has bebido
El penacho del verde cielo
Que yo adoro